Para mí, como toda obra, es un desafío. Es la posibilidad de intentar (por sobre todas las cosas) hacer subyacer el mundo que hay en el texto literario y que llegue a pasar lo mismo con el mundo de la actuación. Siempre el desafío es que cada actor pueda sentirse pleno, pueda encontrar lo mejor de si en el personaje, se sienta realizado y eso es un desafío como director. Tener toda la obra en la cabeza es algo que me ayuda mucho. A su vez, alimentarme de las potencialidades de cada actor, es algo brillante y que sirve para que mi visión, más la visión del otro, conformen al mundo de estos personajes.
¿Qué mensaje tiene para vos Mabel Riviere?
Mabel creo que no quiere dejar ningún mensaje, no pretende dejar ningún mensaje. Creo que a cada espectador Mabel puede llegar a dispararle cosas completamente distintas. Porque si bien la historia que va guiando el proceso de la obra es la historia de Mabel, el público puede llegar a engancharse y a disfrutar la historia de todos los personajes restantes que son igual de apasionantes. La obra es una comedia dramática, trabajamos con un humor muy negro, muy ácido… reírse de las desgracias ajenas es algo difícil de poder comprender, es muy complejo pensar qué es lo que le va a causar al espectador y qué mensaje le va a dejar. Ojalá, que por lo menos, deje la posibilidad de pensar después de la obra y de reflexionar. Y que, por supuesto, durante el espectáculo puedan disfrutar del mismo, así la charla posterior es mas enriquecedora.
¿La puesta ya está concebida o va a ir creciendo con el aporte general?
Creo que casi ya lo contesté en una de las respuestas anteriores.
Lo que aporta el actor para mi es fundamental. Para mi es una fascinación alimentarme y sorprenderme de las capacidades de cada uno de los actores… Como director, creo que es fundamental. Porque todo lo que está concebido cambia al momento de ver lo que encuentro en lo demás.
¿Este puede ser para vos “el drama” representativo de este tiempo de desencuentros?
No sé si es “el drama”. Si creo que es una historia de conflictos y de mundos contemporáneos lamentables. Voy a decir algo muy trillado, pero en plena era de comunicación, la incomunicación familiar y la disociación familiar es algo que lamentablemente está presente en muchos hogares y es la protagonista de la familia de Mabel Riviere. Creo que muchas veces se podrían evitar cosas con el solo hecho de poder entender o intentar entender qué es lo que el otro quiere decir o lo que le sucede. Preocuparse un poco más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario